Trump, acompañado por su familia y aliados, incluidos JD Vance y el presidente de UFC, Dana White, habló en un mitin en Florida. Entre aplausos, afirmó que su campaña fue “el mayor movimiento político de todos los tiempos” y declaró que su administración ayudará a los estadounidenses a “sanar el país” y “hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande”.
Su compañero de fórmula, JD Vance, elogió el resultado y lo describió como “el mayor regreso político en la historia de Estados Unidos”. En su discurso, Trump sugirió que su supervivencia a dos intentos de asesinato este año era una señal de intervención divina. “Mucha gente me ha dicho que Dios me salvó la vida por una razón, y esa razón fue salvar a nuestro país”, dijo.
La victoria de Trump también marca un punto de inflexión entre los votantes religiosos. Las encuestas a pie de urna del Washington Post mostraron que Trump recibió el 56% de los votos católicos y el 62% de los votos protestantes y otros cristianos. Este apoyo marca un cambio significativo con respecto a 2020, cuando los católicos, incluidos muchos que apoyaban a Biden, cambiaron de bando. Los evangélicos blancos continuaron apoyando masivamente al republicano, con el 81% de los votos.
Para la comunidad cristiana, las elecciones representan más que una victoria política. Muchos ven la reelección de Trump como una oportunidad para restaurar los valores tradicionales, con un compromiso firme a favor de la libertad religiosa, contra el aborto y en defensa de un gobierno que “teme a Dios” y busca la sabiduría divina.
